Como respuesta, los departamentos de RRHH se ven presionados para comunicar los objetivos y valores de la empresa, gestionar las demandas y expectativas de los empleados en torno a la inversión en sostenibilidad y apoyar a los empleados que puedan experimentar ansiedad climática.
Aumento del activismo de los trabajadores
La generación Z y la generación millennial están especialmente preocupadas por la sostenibilidad y quieren que las empresas les ayuden a prepararse para la transición a una economía con bajas emisiones de carbono. Según una encuesta de Deloitte, el 42 % de la generación Z y el 41 % de la generación millennial cambiarían de trabajo si su empresa no tomara medidas contra el cambio climático.
El activismo de los empleados para que las compañías se responsabilicen de sus compromisos con la sostenibilidad y la diversidad e inclusión también va en aumento, facilitado por su capacidad de amplificar sus opiniones en las redes sociales. Puede ser arriesgado para las empresas ignorar estas llamadas a la acción, dice Markus Graf, líder de talento de una multinacional con sede en Suiza. “Las compañías que quieren ser vistas como las mejores empleadoras hablan de estos temas”, afirma. “En las redes sociales, son estos temas los que generan un mayor engagement con “me gusta” y comentarios. Es probable que seamos testigos de un mayor compromiso de los empleados, especialmente en los países donde sienten que no hay temor a represalias por expresar sus opiniones.”
Este creciente activismo y atención al impacto social y medioambiental de una organización también ha creado la necesidad de que los departamentos de RRHH añadan nuevas capacidades para facilitar la creación de un programa de sostenibilidad integrado en colaboración con otras funciones empresariales.
“La sostenibilidad es el futuro del trabajo”, afirma Graf. “Los líderes de RRHH tienen un papel fundamental a la hora de impulsar el cambio. La capacidad de trabajar en toda la empresa para articular una postura empresarial sobre criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) y sostenibilidad será tremendamente importante.”
Entonces, ¿qué pueden hacer los departamentos de RRHH para gestionar las expectativas de los empleados y conseguir que se comprometan a dar forma y apoyar la estrategia de sostenibilidad de la organización?
Participar en la definición de la estrategia de sostenibilidad
Si RRHH va a liderar los esfuerzos para asegurarse de que una organización se mantiene fiel a sus compromisos de sostenibilidad, también debe desempeñar un papel en el diseño de la estrategia. El director de RRHH debe trabajar estrechamente con el CEO para ayudar a establecer un propósito claro y una visión estratégica que impulse el cambio desde arriba. Esto evita que la empresa haga promesas que no se sostienen a los ojos del empleado. También da más credibilidad a RRHH en cualquier debate que mantenga con los empleados y la dirección.
“En el mundo actual, la sostenibilidad ya no es un lujo, es una necesidad, y es responsabilidad de todos, no sólo del director de Sostenibilidad. Los directivos de todos los niveles deben comprometerse con la sostenibilidad, y el equipo de RRHH puede desempeñar un papel fundamental a la hora de impulsar este cambio”, afirma Graf. “Los empleados esperan una estrategia clara que demuestre los avances”.
Una compañía que ha sabido integrar la sostenibilidad en el núcleo de su estrategia es la finlandesa Neste, que en dos décadas ha pasado de ser una refinería de petróleo a convertirse en una de las principales productoras de combustibles renovables. Su propósito, “crear un planeta más sano para nuestros hijos”, es parte central de su Propuesta de Valor para los Empleados (EVP, por sus siglas en inglés). Del mismo modo, Stora Enso, proveedor finlandés de productos renovables, envases y biomateriales, ha elaborado “Hacer el bien para las personas y el planeta” como declaración de intenciones. La multinacional industrial sueca Atlas Copco ha lanzado ambiciosos objetivos de reducción de emisiones de carbono validados y aprobados por la Science Based Targets Initiative. Lo que une a estas tres empresas es que tienen su sede en los países nórdicos, donde existe una fuerte tradición de permitir y animar a los empleados a decir lo que piensan sin riesgo de sufrir sanciones.