Empresas de todos los sectores y dimensiones se verán afectadas por lo que podríamos calificar como “el mayor experimento de reporting del último siglo”. En lugar de limitarse a examinar los resultados financieros del pasado, los requisitos de reporting del futuro implicarán realizar proyecciones y reportar lo que nunca hasta la fecha se ha medido colectivamente. A partir de 2024, esta novedad afectará a la imagen y reputación de las empresas ante sus inversores, clientes, proveedores, socios… En resumen, ante todos sus grupos de interés y, además, ante cualquier otro colectivo que las esté observando.
Pese a que hay varias normas en juego, la Unión Europea cuenta con la directiva de mayor alcance en requisitos de sostenibilidad, entre los que se incluyen cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (ASG). Esta norma se basa en el concepto de “doble materialidad”, que hace referencia a consideraciones que van más allá del impacto financiero inmediato e integra aspectos que suponen un impacto medioambiental o social, en su definición más extensa. Una verdadera revolución en la labor de los departamentos de contabilidad de las empresas.
Si diriges una empresa pequeña con sede en la Unión Europea, es posible que hayas respirado aliviado al conocer que la la Directiva de la UE sobre memorias de sostenibilidad empresarial (CSRD), con sus requisitos de doble materialidad, solo se aplicará directamente a unas 50.000 grandes compañías cotizadas a partir del ejercicio fiscal de 2024. No obstante, la CSRD tiene el potencial de introducir cambios profundos también para tu empresa, incluso si está fuera del ámbito legal de la directiva.
Además de la CSRD, el Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB) publicó a finales de junio sus dos primeras normas de divulgación de la sostenibilidad: las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) S1 y S2. Ambas pretenden convertirse en estándares internacionales de divulgación de la sostenibilidad en mercados de capitales de todo el mundo. Pese a que las normas del ISSB no son tan ambiciosas como las de la UE en cuanto a la amplitud de los requisitos de información (se centran directamente en la materialidad financiera), sí se espera que tengan mayor impacto por su carácter global.
Estas normas pretenden servir de base mundial de divulgación para satisfacer las necesidades de información de los responsables externos de la toma de decisiones en muchas jurisdicciones. Las normas de la Fundación NIIF no van tan lejos como las de la UE en cuanto a la amplitud de los requisitos de información (se centran directamente en la materialidad financiera), pero se espera que vayan más lejos en cuanto a su alcance geográfico.